8 de abril de 2012

Después de un larga espera

El día había llegado. Aquella chica que conocí y que pensé que nunca iba a ver, estaba en la ciudad y la invité a salir. Nervios, intriga y hasta un poco de miedo llegué a sentir. Llegué a la dirección dónde me dijo que nos viéramos, y apareció. Llevaba un pantalón de mezclilla, blusa y suéter claros, el cabello suelto y tacones. Los dos estamos impresionados, al fin y al cabo era nuestro primer verdadero encuentro. Su madre me vio al salir y me preguntó a qué lugar nos dirigíamos. Le respondí y después de unos silencios nos retiramos ella y yo. Al principio empezamos con las preguntas de siempre: ¿Cómo te ha ido?, ¿Qué has hecho?, entre otras. Pedimos un taxi y nos fuimos a la plaza, y ahí fue dónde empezamos a conocernos. Me gustó su forma de ser, de primera vista se ve un poco tímida pero la considero una buena persona. Su sonrisa me fascinó, y a pesar de que ella que me dijo que no platicaba mucho, acabo contándome varias historias. Cuando fui a dejarla nos quedamos viendo a los ojos. Yo tenía ganas de besarla pero sentía que era muy precipitado. Ya veremos que pasa en la siguiente salida. Ya veremos...

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